domingo, 28 de junio de 2015

La deuda de Grecia con España

Es cierto que Grecia ha hecho muchas cosas mal. Pero no es de recibo que la UE acorrale así a un país europeo. 

Recordemos, además, que España también estuvo al borde del abismo por obra y gracia de los especuladores financieros internacionales. Es absolutamente falso que la crisis financiera se desatara a causa de la mala gestión de Zapatero. Otra cosa fue el estallido de la burbuja inmobiliaria: de esto fueron culpables todos los gobiernos del PP y del PSOE, y los propios bancos. Y no es menos cierto que Rajoy podría haber negociado mejor los dolorosos recortes que la UE impuso a España. La crisis que se desató en 2008 se originó en Estados Unidos, no en Grecia, que a nadie se le olvide. Por cierto, la mayor Deuda Externa del mundo es la de Estados Unidos. ¿Por qué no se le exige a Obama un recorte en el presupuesto de Defensa igual que se le exige a Grecia, y a España, recortes en salarios y prestaciones sociales? Ni la UE, ni el Eurogrupo que pretende presidir De Guindos, ni la Comisión Europea, ni el Banco Central Europeo, ni el FMI, son amigos de España… ¡no hagamos causa común con ellos!
Estos días hemos asistido a un bochornoso espectáculo de declaraciones sobre el dinero que España ha prestado a Grecia y la supuesta firmeza que Rajoy y los suyos aplicarán para recuperar hasta el último céntimo de los «26.000 millones de euros», mucho menos dinero que los distintos gobiernos autonómicos del PP y del PSOE han desfalcado o despilfarrado. Ello alcanzó su cénit con las declaraciones de Margallo afirmando que sin ese préstamo las prestaciones de empleo en España habrían subido un 50% o las pensiones un 38%. Además de ser un redomado embustero, se burla de pensionistas y desempleados.
En el año 2010 se concluyó el primer paquete de rescate a Grecia, por un valor de 110.000 millones de euros de los que 80 correspondían a créditos bilaterales concedidos por los estados miembros de la UE y 30 al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Eran créditos fueron otorgados a través de un acuerdo firmado entre Grecia, el FMI, y los estados miembros acreedores, entre ellos España. De los 80.000 millones, a 1 de enero de 2015 se han desembolsado 52.900. En el esquema, España aporta el equivalente a su suscripción en el capital del Banco Central Europeo (BCE), es decir el 8,3%. Por lo tanto, de los 52.900 millones de euros, España ha desembolsado hasta ahora 6.650, ni un euro más.
El tipo de interés aplicado a Grecia para estos créditos fue de entre el 5% y el 7%, un tipo muchísimo más alto que lo que pagaban entonces los Estados por financiarse en los mercados.  Este tipo fue posteriormente reducido en una de las reestructuraciones de la deuda griega, pero los estados miembros de la UE, con Alemania a la cabeza; ganaban y siguen ganando dinero con la operación. Vale la pena recordar la valoración de la misma que hizo Zapatero en abril de 2010 en el Congreso, usando como base de cálculo la última subasta de bonos a 3 años realizada entonces: «Grecia pagaría por el préstamo alrededor de un 5 por ciento anual; la parte que correspondería en principio a España serían 183 millones de euros anuales, que nos pagaría Grecia, frente a los 73 millones que nos generaría de gasto a nosotros. El impacto global sobre las cuentas públicas sería positivo por valor de 110 millones de euros cada uno de los tres años que se espera se mantenga vivo el préstamo».
Además es importante señalar que la gran parte de este dinero no fue a parar a los griegos. La mitad del dinero prestado fue destinado a pagar vencimientos de deuda griega con las principales instituciones financieras  europeas (principalmente bancos franceses y alemanes). Es decir, el dinero que salió de nuestros bolsillos no terminó en manos de los ciudadanos griegos, acabó en los balances de la gran banca europea. Eso sí, ahora nos los deben los griegos. El programa de rescate del 2010 no fue un programa de rescate para los griegos. Fue un programa de rescate encubierto al sistema financiero europeo, sobre todo el alemán. No lo olvidemos.
Estos 6.650 millones de euros, por lo tanto, es todo lo que ha pagado España hasta ahora a Grecia, con los tipos de interés usureros señalados. ¿Por qué el Gobierno habla entonces de 26.000 millones?
El 14 de marzo de 2012 se decidió un segundo rescate a Grecia, se añadieron 130.000 millones al programa. Esta vez, sin embargo, el esquema no fueron créditos bilaterales, sino que se utilizó un mecanismo, el EFSF (European Financial Stability Facility) creado en 2010. En este caso, el EFSF toma prestado dinero en los mercados financieros con garantías de los estados miembros de la UE, y presta a su vez el dinero; hasta hoy a Grecia, Portugal e Irlanda. En el caso Griego, a 1 de enero de 2015 se han desembolsado 141.800 millones de euros de este segundo paquete. Las garantías españolas que le corresponden al mecanismo son un 12,8%. Eso significa que España ha aportado garantías a este segundo rescate a Grecia por valor de 18.150 millones de euro. Pero ojo, son garantías, ¡España no ha pagado de esta cantidad ni un sólo céntimo! Además, es importante señalar que las garantías se aportan a inversores privados que una vez más harán negocio a costa de los griegos, asumiendo el riesgo el resto de haciendas públicas nacionales. Este punto debe quedar muy claro.
Resumiendo, España ha aportado al rescate griego 6.650 millones de un crédito bilateral a un tipo de interés del 5% (lo único desembolsado hasta ahora), con el que ganará dinero. Y ha aportado garantías a través del EFSF por valor de 18.150 millones, del que no se ha tenido que hacer de momento ni un solo pago. ¿Le debe Grecia 26.000 millones de euros a España? No. Y la información que ha vertido el Gobierno del PP al respecto, es falsa.
Ahora bien —y este punto también es importante—, el rescate griego sí puede acabar costándole más de 20.000 millones de euros a España. Sucederá si el Eurogrupo continúa, como está haciendo estos días liderado por Alemania y apoyado por España, empujando a Grecia hacia la bancarrota y a la salida del euro. Si ello sucede, Grecia impagaría sus obligaciones financieras al declararse en bancarrota, España perdería gran parte de los 6.650 millones prestados y se ejecutarían las garantías dadas al EFSF y entonces sí debería España desembolsar los 18.150 millones, a los inversores privados y especuladores financieros que pusieron el dinero.
Grecia ya ha dicho que quiere devolver la deuda y ha pedido más tiempo. Ante ello España tiene dos opciones: tenderle la mano, y darle oxígeno para no perder el dinero, o empujarla hacia la bancarrota, como hace estos días De Guindos. El PP miente con las cifras, y además hace con Grecia lo contrario de lo que predica. Defiende estos días sus intereses políticos, no el dinero prestado. Su principal objetivo es evitar que otro estado miembro endeudado realice con éxito una política económica distinta a la suicida y socialmente depredadora seguida en España. Nada más. Y al perseguir este objetivo, poniendo a Grecia contra las cuerdas, están también poniendo en riesgo el dinero prestado y las garantías españolas en el EFSF, y de paso haciendo saltar por los aires cualquier concepción de lo que debería ser la solidaridad europea.

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